La danza contemporánea tiene su aparición como reacción a las formas clásicas, y el origen del baile contemporaneo es por tanto una reacción en contra de las posiciones y movimientos estilizados del ballet clásico, alejándose de su criterio romántico y tradicional, así como de los códigos y reglas académicas. La técnica de la danza contemporánea combina la destreza física, el estilo a través de determinadas formas o posturas y ciertos movimientos personales que confieren la expresividad de la misma.

La actuación dramática del baile contemporáneo se sirve de varios estilos clásicos y danzas de orígenes diversos para construir un baile de cierta libertad de movimientos, y ocupando un vasto espacio donde todo el escenario es ocupado por los cuerpos en movimiento. La ejecución de la danza contemporánea no solo contempla el baile en vertical sino que su riqueza puede ser sustanciada en la exposición de diferentes posiciones y niveles. Se utilizan movimientos originales que transmiten la emoción interna del bailarín, que, unido a la destreza física y a la exteriorización del sentimiento dramático, conforman la fuerza escénica que caracteriza a la danza contemporánea.

Secuencias lógicas del cuerpo, versatilidad en el diseño corporal y de los pasos, así como el equilibrio y elasticidad requeridos para ejecutar este baile, pretenden ser la base inequívoca que se traduce en baile contemporáneo. La coreografía cobra una dimensión determinada muy importante y puede estar incluso ausente y alejada de la propia música. La libertad de los coreógrafos les lleva a interpretar la danza con el apoyo de ruidos, sonidos, un solo instrumento musical, percusiones o ausencia de sonidos.

Pero la música que sirve como vehículo de expresividad corporal puede ser tanto electrónica, moderna o clásica, y temas determinados que permitan la expresión natural de la danza siguiendo dichos temas. Varias bailarinas han dejado su huella en la danza contemporánea desde recién comenzado el siglo XX, punto de partida de su nacimiento para el mundo actual. De las más conocidas destaca Isadora Duncan, que basó su baile en la inspiración de la danza griega y que fundó escuelas en Francia, Alemania y Rusia antes de morir trágicamente.

Asimismo destacan Martha Graham, Doris Hamphrey, Merce Cunningham (sentó las bases de un estilo) o Mary Wigman, todos ellos pioneros del baile contemporáneo que basaron su expresión en bailes orientales o en mezcla entre estos y el baile clásico. La revolución y cambio que supuso la aparición de esta ruptura con los formalismos clásicos ha perdurado hasta nuestros días.