Suena una música lenta y se acercan a la pista una pareja, se juntan en un abrazo musical y empiezan a mover sus pies de forma lenta y casi sin levantarlos del suelo al compás de sus caderas.

La gente se arremolina y mira como van cogiendo ritmo y bailando al son casi sin separarse el uno del otro. ¿Qué clase de baile es?

De aquí a un tiempo la Kizomba se ha hecho dueña de las pistas de baile de toda la Península y se ha apropiado  de nuestros corazones como el baile más sensual  del momento.

 

Este baile y su género musical provienen de Angola. Y su nombre, Kizomba, proviene de la lengua Kimbundu y significa fiesta. Ya que para ellos el baile es una forma de celebrar eventos, y no hay mejor forma de nombrarlo, ¿no creéis?

El baile nació en Luanda (Angola) en los años  ochenta bajo las influencias musicales provenientes de Zouk, de las Antillas. Las grandes fiestas entre amigos ya se nombraban como “Kizombadas” en los años sesenta aunque el género todavía no existía.

En esa época se bailaba Semba y otros bailes tradicionales de Angola. Después de la colonización de África en el siglo catorce  y quince sus habitantes recibieron influencias de otras culturas lo que hizo que adoptaran otras formas de bailar.

Las influencias Europeas y las que provenían  de América del Sur, tanto de Argentina como de  Cuba influyeron en la forma de bailar en las Kizombadas. Por lo tanto este baile tiene trazos del merengue  y del tango.

De África pasó a uno de sus principales colonizadores, Portugal y de allí a las Américas y al resto  del mundo. Entre los países más afines a este baile se encuentran Angola, Cabo Verde y Portugal.

Posteriormente se extendió a países como el nuestro, Francia, Inglaterra, Polonia, Bélgica, Suecia, Lituania, Canadá o los EE.UU.

En el primer país  europeo, Portugal, nombran como Kizomba a cualquier tipo de música que provenga del Zouk aunque esta no provenga de Angola.

 

¿Por  qué triunfa tanto este tipo de baile?

La Kizomba es un baile muy sensual, explosivo  y contagioso que va seduciendo poco a poco nuestros pies y nuestras almas. Se trata de un soplo de aire fresco para muchos bailarines amantes de los ritmos.

Es perfecto para aquellos que quieran empezar en el baile o para la gente con unas posibilidades de movimientos más reducidas. Ya que se trata de un baile suave y con pasos muy básicos que permite ir progresando poco a poco a pasos más complejos.

Además al provenir de una tierra tan mística es como retomar la conexión con nuestro ser más antiguo, un baile en el que las almas se conectan entre sí. En sus principios se bailaba descalzo como una forma de conectarse a la tierra.

Es un baile de tierra, de conexión, en el que, según dicen tienes que bailar más canciones con una misma persona para poder conectar con ella y dejar fluir la música entre los dos.

Por ello es un baile muy sensual,  además de la música la forma en la que se baila hace de él un baile de complicidad entre los dos bailarines. Un baile exento de figuras complicadas que facilita mucho más para conseguir esa conexión.

Perfecto para poder cerrar los ojos, escuchar la música, y solamente sentir a tu compañero mientras todo lo demás se queda en un segundo plano. Un baile que conquista a los que lo bailan y que conquista a los que ven a otras personas en las pistas de baile bailándolo.

Por ello sin duda es un baile que cada vez tiene más adeptos y estamos seguros de que será el más bailado en las pistas de baile de las terrazas de verano.