La danza árabe es conocida comúnmente como danza del vientre o danza oriental, y también en los países de habla inglesa como belly dance. Este conjunto de movimientos que suelen bailar las mujeres, pero también hombres, proviene de edades muy antiguas y posiblemente de Egipto, donde pudo ser el origen de danzas tradicionales de ofrenda y pedida a los dioses con motivo de la fertilidad.

Pero como es bastante incierto establecer el verdadero comienzo y su significado concreto, sí se conoce que es una mezcla de bailes de Medio Oriente y Norte de África, siendo una de las más antiguas del mundo y cuyo nombre árabe es Raks Sharki. Esta danza del vientre refinada y con movimientos ondulantes de todo el cuerpo pero sobre todo de cadera, tiene su vertiente popular igualmente, llamada Raks Baladí o danza oriental del pueblo, más básica que Raks Sharki y más elemental, sin desplazamientos.

Países como Egipto, Líbano, Siria, Turquía, Arabia e incluso India, siguen ejecutando la danza árabe. Tanto cantantes como músicos y danzarinas se encontraban entre esta parte de la población, y de alguna manera se ha mantenido así hasta el siglo XX en los países árabes. Contaban con ello en la corte y en los eventos festivos de nobles y prominentes, pero también el baile popular árabe se hacía notar en cafés y locales para el público.

Y es en el siglo XIX cuando los viajeros occidentales descubren este baile y lo importan a Europa donde se propaga con éxito. En Occidente se profesionaliza, tanto por bailarinas procedentes de los países orientales que actúan con sus músicos y cantantes, como incluso por hombres que adoptan formas menos acusadas pero igualmente de movimientos muy marcados.

En Occidente se mezcla el folclore egipcio y mesopotámico con la danza clásica y contemporánea, dando origen a los grandes desplazamientos y coreografías tan ricas que conocemos hoy. Las formas y la puesta en escena son inconfundibles, pero es un baile internacionalmente extendido y aceptado en todo Occidente, que ha salido de los circuitos cerrados, los cafés, restaurantes y locales donde tradicionalmente han tenido que celebrar sus danzas del vientre.

Y si bien al mezclarse con la cultura cristiana se fue perdiendo la identificación con las danzas de la fertilidad, sin embargo aquí se añaden al desempeño de la danza oriental, algunos hombres que se dedican a ello.