Nadie dijo que hubiese una edad límite para empezar a hacer nada. Vemos a gente jubilada empezando a estudiar o apuntandose a clases de informática y siendo auténticos genios en redes sociales o en otras disciplinas.

Si siempre has tenido el sueño de bailar el Lago de los Cisnes, de ponerte unas zapatillas de punta y un tutú, nunca es tarde. Por muchas razones a veces no somos capaces de realizar los sueños que teníamos de pequeños, porque nuestros padres no tenían en ese momento dinero para apuntarnos a clase, porque viajabamos mucho por el trabajo de ellos o porque simplemente cuando dijimos que queríamos aprender nos dijeron la famosa frase es “tarde para empezar”.

Famosas como Sarah Jessica Parker o Miranda Kerr se han encargado de demostrar que no hay edad cuando alguien quiere algo de verdad. Se apuntaron a clases de danza ya de adultas y les va genial.

Cierto es que tendremos que tener en cuenta un par de premisas imprescindibles si queremos dedicarnos en cuerpo y alma a este baile. La férrea disciplina, una condición física óptima y mucha motivación y  esfuerzo. Si tienes estos cuatro componentes, nada te impedirá cumplir tu sueño.

«Ser adulto no significa que debas olvidarte del ballet, ni como hobby ni como profesión” palabras de Pablo Savoye, uno de los primeros bailarines más famosos.

 

¿Que nos hará falta?

Actitud, actitud y más actitud. Es la disciplina más codificada de todas, requiere una técnica y trabajo colosales. Sus movimientos se basan en un control riguroso de cuerpo y mente.

Si eres capaz de ensayar una y otra vez hasta conseguir la perfección, este es tu baile. Para que los movimientos sean perfectos y para tener mucho aguante, tendremos que tener buena salud y el cuerpo en una buena condición física.

Ayudará si practicas cualquier otro tipo de deporte, ya que los deportistas están familiarizados con la disciplina, la constancia y el esfuerzo.

Con el ballet, al igual que con otro tipo de baile, conseguirás mejorar tu memoria, ya que tendremos que aprendernos los pasos y las coreografías, a la hora que ejercitaremos aún más nuestro cuerpo.

Veremos cómo poco a poco aumentamos nuestra agilidad y coordinación, como conseguimos que movimientos que nos costaba reproducir ahora los hacemos casi automáticamente. Mejoraremos nuestra concentración y la autopercepción de nuestro cuerpo.

 

¿Qué características tiene una persona que se apunta a danza clásica en edad adulta?

Te convertirás en una persona constante y con gran disciplina, en alguien que es capaz de superar sus propias expectativas, una persona que piense en positivo. Ya que verás que eres capaz de centrarte en un objetivo y conseguirlo, aunque sea paso a paso.

Con cada pequeño logro aumentarás tu autoestima, además de mejorar increíblemente tu forma física. Tus músculos se tonificarán y alargarán, tendrás más resistencia, tu cuerpo se volverá más ágil y flexible que nunca.

Al aumentar tu confianza y tu tono físico tu sensación de bienestar se verá incrementada también.

Las clases de danza mejorarán el drenaje linfático y tu sistema cardiovascular, además de liberar endorfinas las cuales son beneficiosas en personas con ansiedad o depresión.

Te ayudarás a tí mismo, retrasando el envejecimiento de tu cuerpo y de tu mente. Conocerás a gente con las mismas motivaciones y planteamientos sobre la vida.

Y lo mejor de todo, te sentirás feliz, el baile es el juego de los adultos, es una disciplina que hace felices a quienes la practican.  Se trata de algo que practicamos por diversión, por y para nosotros mismos.

Por lo tanto, si te apasiona esta disciplina, no esperes más: corre a comprarte tus zapatillas de media punta y a bailar.