Es muy habitual que a la hora de realizar una coreografía, se te quede la mente en blanco y no sabes cómo seguir. Y es que es le pasa incluso a los bailarines profesionales, por lo que no debes desmoralizarte. En estos casos, lo mejor que puedes hacer es improvisar para salvar la actuación.
No recordar los pasos, a menudo está relacionado con el pánico escénico o, bien con una falta de concentración; entonces ¿cómo se aprende a improvisar en estos momentos? Toma nota porque te lo explicamos a continuación.
¿Cómo aprender a improvisar?
Cuando ejecutamos una coreografía, lo normal es que haya muchos factores externos que pueden desconcentrarnos. También puede que el día del estreno estemos más tensos de lo que deberíamos y la incertidumbre nos pueda pasar una mala jugada.
Aprender a improvisar es la clave para no estropear la actuación y que el público se dé cuenta del fallo.
Desde la escuela de baile en Madrid Portalo’s hemos decidido dejarte algunos tips que te vendrán de maravilla si algún día te encuentras en una situación parecida. Porque, seamos honestos: a todos los que practicamos algún baile, nos ha pasado alguna vez.
- Relaciona movimientos y palabras. Cuando ensayas, una buena técnica es relacionar cada movimiento con alguna palabra, de esta forma, si se te olvide la coreografía, podrás usar la regla mnemotécnica que has estado preparando. De hecho, cada paso tiene un nombre, con la intención de que fueran más fácil de recordar.
- Visualiza la coreografía en tu cabeza. Podrías grabar los ensayos para que puedas ojearlos siempre que quieras, corregir posibles errores en los pasos o posturas, y memorizar la coreografía más rápidamente.
- Déjate guiar por la música. Si aprendes a relacionar la música con los pasos, no te equivocarás.
- Recurre a los pasos básicos. Conocer esos pasos te ayudará a no quedarte paralizado, por si se te olvida la coreografía.
- Cuida los gestos. Aunque te hayas quedado en blanco, aparentar te ayudará a disimular y, lo más seguro, es que el público no se dé cuenta del error.
- Relájate. La tensión te impide tener la mente despejada, por lo que te resultará muy difícil concentrarte en la actuación. Además, influye en la postura por lo que tus movimientos se verán forzados y perderán armonía. Si actuar en un escenario te resulta muy estresante, existen muchas formas de relajarse que pueden ayudarte a afrontar mejor estos tipos de situaciones.
- Confía en ti mismo. Sabemos que no es fácil pero, si consigues confiar en tus capacidades, no tendrás problemas a la hora de improvisar.
- Ensaya todas las veces que sea necesario. Puede parecer banal pero cuanto más ensayos hagas, más confiado te sentirás a la hora de ejecutar el baile. Puede que a veces estés desganado, puesto que habrás repetido la misma coreografía una y otra vez pero no te rindas: valdrá la pena.
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