Cuando iniciamos alguna actividad (tanto sea una disciplina deportiva como cualquier otra afición), lo habitual es que existan múltiples motivos que nos hacen dejar las dudas a un lado para lanzarnos a ello. Justamente, en este artículo, queremos enfocarnos en tres de las razones principales que nos empujan a apuntarnos a clases de baile.
Aunque la mayoría de las personas disfrutan moverse al compás de la música, el baile como disciplina es algo completamente diferente. Supone asumir el compromiso de acudir a una academia con profesionales en la materia, que te ayuden a aprender la técnica exacta, a la vez que te enseñan como evitar que esta actividad física te genere lesiones (a menudo debidas a posturas incorrectas).
Dicho esto, también hay que destacar cuestiones propias de los bailarines. Quienes deciden dedicarse al baile, aunque se trate de aficionados, pueden tener objetivos concretos, o bien descubrir, tras algunas clases, qué el baile les genera bienestar tanto físico como emocional.
¿Por qué apuntarse a clase de baile?
1- Para divertirse
Casi todos los que se hayan apuntado a una escuela de baile comentan que siguieron con sus clases porque las encuentran divertidas (algo no debería infravalorarse). Evidentemente, a lo largo del tiempo, pueden aparecer otras razones, pero es lógico que apostemos por cualquier disciplina que logre entretenernos.
Hay otro aspecto que no puede pasar desapercibido: que la diversión colectiva es mejor que la individual. Compartiendo momentos de entretenimiento, conseguimos conectar con personas con nuestros mismos intereses, incluso llegar a hacer amigos inesperados.
2- Para distraerse
Bailar nos permite olvidarnos durante un tiempo de las obligaciones y/o preocupaciones del día a día, concentrarnos exclusivamente en la ejecución de los movimientos requeridos, por lo que no es nada extraño que al cabo de un tiempo se convierta casi en una necesidad de desconexión total de nuestra rutina.
Si bien es cierto que hay infinitas opciones para «poner nuestra rutina en suspenso», aunque sea por un rato, no es menos cierto que las alternativas que cumplen con esta premisa no suelen ser tan divertidas como lo es bailar.
3- Para expresarse
Esto es algo que saben muy bien aquellos que bailan desde muy pequeños, y es que es un modo de expresarse totalmente distinto a los demás, uno en el que dispones de libertad absoluta para moverte, dándolo todo en el escenario.
Las tensiones con las que convivimos pueden estar encerradas dentro del cuerpo, y sacarlas con palabras no siempre es tan fácil. Expresándote a partir del baile, con la interacción de mente y físico que hace falta, es una gran manera de comunicar emociones, de conectar de verdad con nosotros mismos.
De hecho, estudios científicos han demostrado la asociación que se da entre la expresión de las sensaciones contenidas, o bien reprimidas, con una mejor calidad de vida, siendo el baile ese camino para quitarse de encima la pesadez de espíritu.
Conclusiones
Las anteriores son únicamente tres de las razones principales que nos impulsan a bailar; no tenemos dudas de que, si preguntamos a muchas más personas, podrían brindarnos múltiples motivos por los que se decantan por asistir a clases de baile.
Descubrir los tuyos dependerá de que pruebes uno de los numerosos estilos de baile que impartimos en Portalo’s. ¿A qué espera para empezar a expresarte con total libertad?
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