La emergencia sanitaria que estamos viviendo en todo el mundo por la crisis del COVID-19 ha obligado a muchos gobiernos a confinar a sus ciudadanos en su casa. En España el estado de emergencia lleva ya un mes entre nosotros.
Solamente acuden a trabajar aquellos profesionales totalmente necesarios, el resto se encuentra en sus hogares teletrabajando o en situaciones de ERTE, despidos… con la única posibilidad de salir a comprar, a la farmacia o a tirar la basura.
Este tipo de situaciones pueden volverse muy estresantes pero una buena rutina de ejercicios y el cuidado personal contribuyen a mantener la salud física y mental.
Ahora que ya no podemos ir a los gimnasios, salir a correr o a pasear, que no gastamos nuestra energía, realizar ejercicio en casa se ha convertido en la única salvaguarda para aquellos que realizaban ejercicio de forma asidua.
Pero también se ha convertido en una muy buena oportunidad para aquellas personas que eran más sedentarias o que su ritmo de vida no les permitía hacer ejercicio previamente. Ahora, con tantas horas libres, es una ocasión para ir empezando poco a poco.
Es entendible que en un primer momento nos pueda vencer el tedio y la apatía, y que solamente veamos el sofá y las plataformas con series y películas como una vía de escape. Pero debemos hacer una rutina de ejercicios en casa por varias razones.
Beneficios psicológicos
La crisis del coronavirus ha pillado a todo el mundo desprevenido, nadie se ha visto preparado con anterioridad para todo lo que trae consigo el confinamiento. Básicamente la pérdida de libertades, compartir el mismo espacio 24 horas al día con otras personas o verse sumido en la completa soledad, encender la televisión y ver un constante goteo de noticias, fallecimientos, bulos, la incertidumbre de cuándo se acabará la crisis o qué pasará con nuestros ingresos puede generar estados de pánico, ansiedad, cuadros de depresión o estrés.
El ejercicio ayuda a generar endorfinas en nuestro cuerpo, las cuales contribuyen a mejorar el estado de ánimo, reduciendo los daños del estrés y la ansiedad.
Al practicar ejercicio, sea el que sea, desde clases de Zumba, GAP o Yoga liberamos toda esa energía acumulada que antes invertíamos en ir a trabajar, dar paseos con los niños o salir de ruta.
Nuestra autoestima también se verá reforzada ya que sentiremos que no nos estamos abandonando, que somos capaces de hacerle frente a esta situación y veremos cómo nuestra figura no solamente se mantiene sino que incluso la mejoramos (ya que ahora podemos invertir las horas que queramos en entrenar).
A nivel físico
El ejercicio mejora considerablemente nuestra salud cardiovascular, la movilidad articular, la cognición, la densidad ósea la función metabólica y la masa muscular.
Grandes periodos de inactividad física o la interrupción de esta, no solamente harán que todas estas ventajas se pierdan sino que cuando volvamos a la normalidad notemos como hemos perdido el tono y la fuerza.
Existen estudios que demuestran que hacer ejercicio en casa de forma continuada favorece a un sistema inmunitario fuerte y sano.
A nivel social
Aunque nos encontremos recluidos en casa también podremos (y es muy recomendable que lo hagamos) socializar. Seguramente podamos empezar a practicar rutinas con nuestra pareja, nuestros padres o hacer actividades que impliquen que los niños se muevan, se diviertan y (como no, para alivio de muchos padres en esta época) se cansen.
Y si nos ha tocado vivir la cuarentena solos, podremos quedar con amigos o compañeros de gimnasio para hacer ejercicio a la misma hora a través de Skype, Duo, Zoom o cualquier otro programa de videollamadas. Así no perderemos la motivación y pasaremos un rato agradable y divertido con nuestros amigos.
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