La danza moderna se ha convertido en uno de los bailes más importantes en las escuelas de baile. Se diferencia de la danza clásica básicamente en la forma en la que se mueven los bailarines. En la danza clásica los movimientos son aéreos y elevados mientras que en la moderna no son movimientos estructurados de antemano, son una expresión libre de las emociones, de ideas abstractas.
Son movimientos arraigados a la tierra, llenos de expresión por parte del creador. Este tipo de baile se originó a principios del siglo XX como respuesta a un mundo lleno de cambios a nivel social, político y económico. La economía ya no estaba basada en la agricultura, la industrialización empezó a echar raíces en Europa y Estados Unidos. Fue la época de la pérdida del poder totalitario de muchas monarquías.
No nos podemos extrañar de que surgiera un baile que no estuviese sujeto a ninguna regla y al igual que a Picasso con el arte, debemos el baile moderno a cuatro fundadores.
Cuatro pioneros que abordaron el baile como algo más que unas reglas a seguir. Se convirtió en la expresión de la complejidad humana; más allá de unos movimientos estructurados, se basaba en la expresión de los conflictos, emociones y malestares.
Martha Graham
Es considerada una de las precursoras de la danza que desafió las convenciones del ballet clásico. Graham (1894-1991) incorporó a la danza actos tan básicos ahora como arrodillarse, desplomarse o levantarse, movimientos que nunca antes se habían incorporado a la danza.
Se decía de ella que era un genio consiguiendo manifestar con el baile todos esos sentimientos de los que somos presos y no podemos manifestar con palabras. Fue de las primeras bailarinas que conectó mágicamente el movimiento con las emociones.
Estudió baile en 1916 en Denishawn donde aprendió a valorar la importancia de las danzas no occidentales de la mano de Ted Shawn. En Nueva York destacó como bailarina en Broadway.
En esta época tuvo como inspiración a los leones del Zoo del Central Park de Nueva York. Tras la Segunda Guerra Mundial tuvo el éxito que tantos años de esfuerzo le costó conseguir.
La revista TIME la nombró en 1998 “Bailarina del Siglo”.
Charles Weidman
Creadora de bailes que combinaban la técnica propia de mimo con movimientos abstractos. De sus obras podemos destacar “Lynchtown” (1936) donde introduce movimientos de furia, gestos de acusación, movimientos feroces, patadas. Todo ello simbolizando una comunidad consumida por sus pasiones. Cuerpos retorcidos, bailarines arremetiendo contra otros como buitres.
En la época de 1940 fue de las pioneras en incorporar la modalidad de danza moderna a los escenarios de Broadway aparte de dedicarse a hacer musicales. Cinco años después crea su propia compañía y escuela.
El 1960 fue el año del establecimiento del teatro “Expresión de las Dos Artes” en la ciudad de Nueva York, contando con la colaboración del artista gráfico Mikhail Santaro.
Mary Wigman
Dentro de Europa (1886-1973) es considerada como el hito de la danza expresionista alemana. Podemos afirmar que entre los aspectos más importantes de su danza se encontraban el expresionismo, la danza sin música que acompañe, el espacio y movimientos de relajación-tensión.
Al igual que sus contemporáneos, estaba dotada de un alto sentido de la introspección. Sus coreografías eran capaces de describir y reflejar perfectamente el caos por el que tuvo que pasar a lo largo de su vida.
Entre sus influencias podemos encontrar la literatura alemana y las ideas expresionistas de la plástica. Introdujo la utilización de máscaras para enfatizar expresiones, aparte de tener un amplio conocimiento sobre la expresión facial y la improvisación.
Hanya Holm
Discípula de Wigman, codirigió su escuela en Dresen. Después de la Segunda Guerra Mundial, emigra a Estados Unidos e implanta las ideas de esta en Nueva York.
Es así como el legado de su maestra traspasa fronteras y se instaura en las escuelas de baile Norteamericanas.
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