La lista es casi interminable porque los bailes de salon en su versión social y de competición, atraen a un público de lo más variopinto, seducidos por su encanto pero también por sus beneficios. Todos ellos presentan una versión social y otra deportiva, ambas muy relacionadas a poco que se adentre el usuario en los bailes de salón. Quienes deciden conocer y practicar alguno de estos bailes, pueden comenzar por una simple afición por los ritmos del baile y después continuar con la faceta deportiva y profesional. Lo importante es sentir esta afición y practicarla con la dedicación que se elija en cada opción.
Para la opción social o de entretenimiento, las escuelas y gimnasios abundan en todas las capitales porque ocupan un buen puesto entre las actividades del público. Lo practican desde adultos hasta niños, colectivo que suele derivar en dedicación deportiva e incluso profesional, como lo demuestran los diferentes certámenes internacionales en bailes de salón para adultos e infantil.
Los ritmos latinos son parte importante de los bailes de salón, pero también los de origen sajón y español como son las sevillanas, el pasodoble y el flamenco, estableciéndose entre ellos la práctica totalidad de estilos y modalidades. Mención relevante merecen el tango, el valsecito o vals criollo y la milonga, todos ellos de origen argentino. Son bailes de salón social y tienen su versión competición también.
Entre los ritmos sajones, podemos empezar con el foxtrot a principios de los años 20 y que dio origen al slow fox, el quick step y el foxtrot americano, pero ha dejado de bailarse en la salas sociales porque priman otros ritmos, no así en competición que sí se practica. Igual que ocurrió con el charleston, un ritmo loco y desenfrenado que se practica sobre todo en exhibiciones. El swing, el swing con variación, parecido al llamado west coast swing pero con desplazamiento por la pista, son más estilos de baile. Para rematar con los más conocidos tanto en social como en deportiva que son el rock’n roll, el hustle, el lindy hop y su hijo adoptivo el jive, una mezcla de todos los demás y que hoy es un baile de competición internacional.
Y además de los valses y polcas, los estilos latinos siempre arrasan en ambas versiones de los bailes de salon. Y es que el ya casi desaparecido son cubano dio origen a la salsa, la samba, la rumba y la rumba bolero, que es de competición. El mambo, el cha-cha-chá, la bachata y el merengue añaden el colorido de movimientos y vistosidad sobre todo cuando estos bailes se practican en la versión deportiva y de competición.
Leave A Comment